Esta es la sociedad competitiva que han creado las estúpidas teorías del liberalismo, en las que no eres nadie si no tienes dinero o poder, una cara bonita o un buen culo que enseñar.
El amor, la amistad se compran y todo se mueve por intereses aunque no los conozcamos o no tengamos noticia de los mismos.

Esto es lo que ocurre cuando sueñas, y despiertas en un mundo absurdo. Caes y te levantas cuando el mundo se te hecha encima. Cada día intentas cumplir tus sueños, creer y refugiarte en el castillo de la esperanza, que no es más que la negación de la realidad. Te das de bruces con ella. Minuto a minuto. Hasta que llega un momento en el que no tienes fuerzas para levantarte de tu lecho, tienes miedo a darte de bruces contra la fría melancolía de un tiempo pasado que fue mejor que éste. Temes el paso del tiempo, la fugacidad de la vida y la muerte. La vida no te sonríe, te observas en el espejo, no te gusta aquello que miras. Entonces, te das cuenta de que nada tiene sentido.
Pero es cierto, soy feliz. O por lo menos lo intento. Porque soy un cobarde que se niega a creer lo que afirma con palabras.
Como abono para tu campo de trigo, sembrado de pesimismo.
1 comentario:
Lo mejor que te he leido
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