jueves, 26 de abril de 2007

El miedo

EL MIEDO COMO BASE

'El miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio y el odio lleva al sufrimiento'

Hemos oído tantas veces esta frase que resulta irónica o incluso cómica. Seguramente no nos paramos a pensar en el trasfondo que tiene la misma y en lo que verdaderamente significa.




El miedo siempre es el principio del mal. Es la falta de seguridad, de confianza en lo que se hace o en lo que se espera. Es una nube que cubre la razón y llena nuestra mente de tormenta, de confusión y de instintos animales que no podemos frenar, saca a relucir nuestra condición irracional en todos sus aspectos. No podemos controlarlo, de hecho existe el miedo al tener miedo.

El miedo al fracaso y a la pérdida siempre van a ser nuestros peores enemigos; unidos también al miedo al dolor o a la muerte. En cualquier caso, el miedo al tapiar nuestras mentes, puede acarrearnos problemas. Creo sinceramente que estos obstáculos serán el origen de nuestra frustración, que siempre hará que utilicemos nuestro daño interno como instrumento de venganza y alimento de nuestra ira contra todo aquello que consideramos que ha tenido la culpa de nuestro fallo.

El miedo de hecho es un aliado poderoso y engañoso. Crece poco a poco, como una pequeña semilla en nuestro corazón, y va consumiendo poco a poco nuestra razón y cuanto más grande se haga más difícil es destruirlo. Se aprovecha de las mentes débiles, es muy astuto y de hecho, las doblega con facilidad. El miedo también se alimenta del fracaso y del cumplimiento de sus profecías. Es decir, el desarrollo de aquello a lo que más temes. En cuanto eso ocurre se desencadena un proceso de mutua alianza con el miedo, empiezan a surgir típicas frases de 'Ves, te lo dije', el miedo te seduce, te condena y te impulsa hacia la ira. Arremetes contra todo. Y comienzas a odiar.

Otra forma que tiene el miedo de dominarte es antes de que se produzca aquello de que temes. A veces el aviso de que algo se pueda producir basta para que caigas rendido a sus pies, es decir para que sigas a lo que este te dicta. 'Si no quieres caer en ese sufrimiento, actúa.' Nunca hay que olvidar que el camino miedo siempre va a ser la vía más sencilla, aquella que parece que cambiará las cosas (no olvidemos que el miedo siempre será una ayuda a conseguir lo que deseamos); pero no va a ser una ruta exenta del sufrimiento. Pues a veces, el miedo al sufrimiento es peor que el propio sufrimiento.

TIPOS DE MIEDO

-Miedo a la muerte: Es un miedo muy poderoso puesto que es el único cuyo cumplimiento está garantizado. Sin embargo las reacciones que desencadena no son siempre las más negativas; aunque por supuesto hace que odiemos a todo aquel que nos dañe por una cuestión de supervivencia.

-Miedo al dolor y a nuestra integridad física: Queremos seguridad, tenemos miedo a los demás y pensamos que nos puede hacer daño. 'El hombre es un lobo para el hombre.', piensan muchos. Esta desconfianza y este miedo es utilizado por algunos políticos, aprovechan el caos para que se produzca el surgimiento de sistemas totalitarios y fascismos que priven nuestra libertad y garanticen que te puedas mantener tal y como estás. El miedo, ciertamente es un instrumento muy poderoso.

-Miedo al fracaso: Muchas veces nos ponemos metas con la esperanza de cumplirlas. Pero...¿que pasaría si no se cumplieran? Esa es la pregunta que nos va a plantear el miedo. En ese caso únicamente podemos tomar dos sendas.

La primera, no acer caso al temor, puesto que el camino es más importante que la meta, la consigas o no. Lo importante son los medios que utilizamos, lo bueno que nos aporta nuestro andadura.

La segunda, dejarnos llevar por el miedo. La meta es lo más importante, si fracaso nada tendrá sentido. El fin justifica mis medios, no me importa a quién me encuentre, arremeteré contra el si es necesario y se interpone en mi camino.

El miedo al fracaso a su vez puede seguir las dos rutas de dominación descritas en el primer punto. Si tenemos miedo al fracaso, entonces intentaremos por todos los medios que éste no se produzca (sea el odio, ira, o daño al otro), si el fracaso se produce la reacción es de deseo de venganza contra todo aquello que nos ha quitado nuestro objetivo.

-Miedo a la muerte de un ser querido: También verdaderamente imponente, si ese ser querido nos importa haremos todo lo que esté en nuestra mano para salvarle. Si la muerte ha sido provocada, la solución es venganza contra aquél que la halla producido. Siguen de nuevo, las dos rutas de la dominación del miedo.

-El miedo a lo desconocido: Es la base del miedo. Todos los miedos parten de ello. La muerte es algo desconocido. El sufrimiento supremo es desconocido para una persona que no haya pasado por el. La pérdida, la frustración es futuro y éste es desconocido.

EL MIEDO COMO ARMA

El miedo también puede utilizarse como arma. Infundir miedo no es caer en el miedo, es simplemente ser el miedo. Es ser una entidad poderosa, que no ataca al físico de las personas, sino a algo más importante, su psykhé (alma, mente, cebro). Como hace con cada uno de nosotros, si somos el propio miedo debilitamos, nublamos y exprimimos la mente que tenemos frente a nosotros. Si el miedo es terror toda fuerza racional es borrada en el individuo, éste se sobrecoge, y aparecen sus instintos animales de supervivencia. No hay que olvidar que, el miedo puede helar el corazón del hombre más valiente. ¿Se puede morir de miedo?

Deja que mis gritos hielen la sangre de los vivos...



(Banshee)

1 comentario:

Birlo dijo...

-¿Te da igual estar vivo o muerto?
-Ahora estoy vivo, pensar en la muerte es estupido. Cuando esté muerto me dará igual...