sábado, 22 de septiembre de 2007

Mi Nuevo Mundo

Saludos. Soy Kira. Hace poco la encontré. Sí. La encontré. No pienso mentar su nombre, porque creo que todos la conocéis. Y creo que también conocéis para lo que sirve.

Después de tantos valores de bondad, amistad, perdón, amor, solidaridad, amnistía y nuevas oportunidades que me enseñaron en mi colegio desde que era un niño, he aprendido a apreciar la verdad de este pútrido y desasosegado mundo en el que prima la traición, la vanidad, el egoísmo, el poder y la injusticia. He aprendido a darme cuenta de que vivimos en el planeta del 'todo vale', en el lugar en el que puedes vender la cabeza de tu mejor amigo al mejor postor. La apestosa 'tierra', en el que día a día, como si una máquina de cambio se tratase, podemos canjear el amor por el odio, y la opresión por la libertad. Las gentes utilizan el amor como un biombo para ocultar sus verdaderas pasiones sexuales. La amistad camufla lo que en su día se llamó interés personal, en un libre intercambio de materia sentimental, lágrimas estúpidas, falsos te quieros y mentes criminales. Y por encima de todo, el poder que corrompe día a día la sociedad tras el espejo de la publicidad, Dorian Gray que oculta su verdadero rostro en un retrato guardado en los confines de las ventas, entre líneas, a donde nadie podría llegar. Sí. La sociedad muere y el imperio de la falsedad crece. Pero no tengáis miedo. Yo estoy aquí.

Mi pluma rasgará el papel. Cien, doscientas, trescientas veces. Escribiré vuestros nombres. Sabéis quienes sois. Aquellos que me hicieron tanto daño. No existe el perdón. Esta vez no. Estoy harto de segundas oportunidades. De falsas esperanzas. De condescendencia. De tropezar en la misma piedra, de ser excesivamente magnánimo. Recibiréis aquello que merecéis. Justamente. Tan solo necesito el odio para cargar mi pluma y el rencor para hacerla moverse. Y después de todo vendrá el silencio. Pues la venganza me hará sentirme vivo de nuevo.

Vosotros destrozasteis mi mundo. Y yo acabaré con el vuestro. Porque yo soy la justicia.

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