lunes, 5 de noviembre de 2007
Tú, puta
jueves, 1 de noviembre de 2007
Nocturnal Romance

Solo intentaba recordar. Cómo sucedió. Por qué sucedió. Odiaba su mísera existencia, pero sabía que había emprendido un viaje sin retorno, que le alejaba cada vez más de su anhelo más profundo.Un dolor punzante sacudió sus sienes. Volvió a ver sus ojos, en su mente. Pero la imagen desapareció como las ondas en el agua. Detuvo sus dedos y la melodía dejó de sonar.
Una adolescente morena se arrodilló ante la lápida. Depositó unas rosas, y retiró las flores marchitas que reposaban sobre la fría piedra. El rojo aportaba una nota de color en aquel gris y silencioso mar de muerte. Cerró los ojos. Axel Valantine (1799-1816). Todavía podía contemplarla entre la oscuridad de sus párpados. Finalmente se puso en pie. Comenzó a caminar entre las olas de ese mar de cadáveres. La caducidad del cuerpo, el poder de la muerte que siega las almas y las convierte en polvo. Sus pasos gimieron en la fría escalera del campanario. Atravesó el umbral de la puerta y su vestido negro rozó el metal de las campanas. Cuando subió a la barandilla, el viento gélido agitó su pelo y su ropa, mortaja de vida, presagio de final. Un paso al frente. Los helados vientos traspasando su fina piel como cuchillas, la velocidad desgarrando su rostro al igual que un chirrido corta el silencio. Un ruido sordo. La noche se rompió en mil pedazos. Solo seis minutos después doce campanadas hacían realidad el suicidio de un ángel negro.
Despertó suavemente, acunada por las notas de un piano, que susurraban en el cementerio palabras de paz. Le dolía un poco la cabeza, estaba aturdida, pero ahora se sentía viva. La melodía hacia que sus piernas se moviesen solas, una atracción incontenible la hacía acercarse cada vez más al instrumento que la cantaba. Atravesó la puerta de una iglesia. Y le vio. Se acercó despacio. No quería interrumpirle. Besó su cuello y el joven desafinó.
-¿Me esperabas? - preguntó la joven.
-No. Te echaba de menos. Pero ahora ni siquiera la muerte podrá separarnos.
Feliz Noche de los Difuntos.
lunes, 22 de octubre de 2007
Hasta siempre...

miércoles, 10 de octubre de 2007
The Islander

Encendió su pipa con lágrimas en los ojos. No conseguía evitar estar triste a pesar de todo. Sabía que en su trayecto le esperaban tormentas, noches a la deriva, navegaciones sin rumbo y días de viento fuerte. Pero no le importaba. Solo quería seguir adelante y descubrir su destino para conseguir ser feliz, aprovechando esas corrientes de aire para continuar. Lo importante era no rendirse y no desistir. Dio dos caladas y el humo ascendió hacia las estrellas. Un brazo rodeó el hombro del isleño.
-Cariño, es tarde - dijo una voz femenina.
El hombre se dio la vuelta y se atusó sus barbas canas.
-Lo sé. Quizá emprender el viaje no sea tan difícil...
-Será muy difícil olvidar como tarareabas cada mañana mientras preparabas tu barca para pescar - sentenció la mujer.
- Pensaba que era feliz. Pero me he dado cuenta de que debo encontrarme a mí mismo, y hallar mi destino.
Ambos se abrazaron. El isleño subió a su velero. Todo estaba preparado.
- ¿A dónde irás? - preguntó la voz suave de aquella mujer mayor.
- No me esperes despierta. Voy a los confines del mundo.
Soltó la vela que se infló con el viento. Los ojos de la señora siguieron al isleño hasta que desapareció en el horizonte.
Gracias, Nightwish, por la inspiración de vuestra canción. Os la recomiendo. Se llama 'The Islander'.
sábado, 22 de septiembre de 2007
Mi Nuevo Mundo

Después de tantos valores de bondad, amistad, perdón, amor, solidaridad, amnistía y nuevas oportunidades que me enseñaron en mi colegio desde que era un niño, he aprendido a apreciar la verdad de este pútrido y desasosegado mundo en el que prima la traición, la vanidad, el egoísmo, el poder y la injusticia. He aprendido a darme cuenta de que vivimos en el planeta del 'todo vale', en el lugar en el que puedes vender la cabeza de tu mejor amigo al mejor postor. La apestosa 'tierra', en el que día a día, como si una máquina de cambio se tratase, podemos canjear el amor por el odio, y la opresión por la libertad. Las gentes utilizan el amor como un biombo para ocultar sus verdaderas pasiones sexuales. La amistad camufla lo que en su día se llamó interés personal, en un libre intercambio de materia sentimental, lágrimas estúpidas, falsos te quieros y mentes criminales. Y por encima de todo, el poder que corrompe día a día la sociedad tras el espejo de la publicidad, Dorian Gray que oculta su verdadero rostro en un retrato guardado en los confines de las ventas, entre líneas, a donde nadie podría llegar. Sí. La sociedad muere y el imperio de la falsedad crece. Pero no tengáis miedo. Yo estoy aquí.
Mi pluma rasgará el papel. Cien, doscientas, trescientas veces. Escribiré vuestros nombres. Sabéis quienes sois. Aquellos que me hicieron tanto daño. No existe el perdón. Esta vez no. Estoy harto de segundas oportunidades. De falsas esperanzas. De condescendencia. De tropezar en la misma piedra, de ser excesivamente magnánimo. Recibiréis aquello que merecéis. Justamente. Tan solo necesito el odio para cargar mi pluma y el rencor para hacerla moverse. Y después de todo vendrá el silencio. Pues la venganza me hará sentirme vivo de nuevo.
Vosotros destrozasteis mi mundo. Y yo acabaré con el vuestro. Porque yo soy la justicia.
miércoles, 12 de septiembre de 2007
Noche Agitada
El tacto del cadáver era cálido. Muy cálido. Realmente parecía que acababa de morir recientemente. Ciertamente, necesitaba estudiar a la muerta con más profundidad asi que decidí traer una lámpara antes de desplazarla para descubrir cual fue exactamente el motivo de su muerte. No quería encender la luz del pasillo porque sabía que no bastaría para estudiar al cadáver.
Al coger el aparato noté que me dolían los dedos. Los tenía entumecidos, tal y como si acabase de despertarme de un gran sueño. Posiblemente se debía a que estaba muy cansado y aun no había dormido así que no le di más importancia. Encendí la bombilla. Y observé muy detenidamente el rostro de la bellísima mujer. Los ojos estaban húmedos y los dientes apretados. El cuello estaba muy irritado y amoratado.
Estaba preocupado. No sabía que habría podido pasar. Decidí ir al baño para lavarme la cara y despejarme un poco. Al levantar mi mirada hacia el espejo lo oí. El grito de una joven. Lo vi. Un rostro forcejeando. Lo olí. Un dulce perfume. Lo probé. El sabor dulce de una piel joven. Lo toqué. Y miré mis manos y mis dedos gruesos, que estaban todavía enrojecidos...
Que quien desee, continúe esta historia...
Noche Helada

El tacto de aquel cadáver era frío. Muy frío. Tanto como para hacer morir a una flor fresca. Algo extraño para una persona que supuse que acababa de morir. Sus labios estaban morados y su piel era pálida como la luz de luna. Intenté llevarla con mucho trabajo al sofá de mi salón. Al pisar el umbral de la habitación una ráfaga de aire frío me agitó el pelo. Miré hacia el frente y descubrí que las cortinas se movían por el viento de una noche que anunciaba el fin del verano. Tras tumbar a la chica estrangulada en el sofá de mi habitación me dirigí a cerrar la ventana, mientras el frío penetraba en mis huesos. Salí al balcón para observar un momento la calle y entonces pude vislumbrar unas gotas de sangre en el suelo. Sangre roja como el carmín. Sangre reciente. Quise entrar al salón para observar más detenidamente a la chica. Pero un escalofrío recorrió mi cuerpo, antes de darme la vuelta.
- ¿No es muy tarde para que un niño este jugando a los detectives? - susurró en mi oído una voz femenina, lánguida y sensual rozando ligeramente mi oreja.
No podía mover ni un ápice de mi cuerpo. Unos labios calientes comenzaron a besar mi oreja y a bajar por mi cuello lentamente. Estaba excitado, hasta que el dolor penetró en mi cuello y la sangre resbaló hasta mi pecho.
martes, 11 de septiembre de 2007
¿Qué hacer...
miércoles, 5 de septiembre de 2007
Jiyu (El Ángel Negro de la Venganza - Parte 2)

El manejo de las katanas por parte del desconocido era espectacular. Sus giros de ciento ochenta grados le permitían lanzar ataques a una velocidad vertiginosa con ambas armas. Sin embargo, era aun más increíble observar como Rinaro-kun bloqueaba todos sus ataques mientras se dibujaba una sonrisa en su cara.
Y así , el misterioso adversario recibió un nuevo corte que le cruzó las abdominales de izquierda a derecha. El joven del traje negro se agachó y vomitó sangre que tiñó la blancura de los lotos con el rojo. Jadeando se levantó con cuidado, clavando a Fukushu en el suelo y apoyándose en ella.
- No he terminado aún - sentenció la oscura figura suavemente sin que su voz cediera ni un ápice.
Con una media sonrisa, el adolescente de ropa oscura alzó por encima de su cabeza con su mano derecha a Fukushu tras separarla del suelo, y mantuvo con su mano izquierda a Jiyu por debajo de los hombros.
- Qué pena que antes de morir no puedas ver el rostro de la persona que te ha derrotado - dijo Rinaro-kun.
- Qué pena que necesites carcajearte de la persona que te asesinará para infundir valor a tu espíritu - contestó el chico con sus ojos todavía vendados.
Furioso, Rinaro-kun atacó a su oponente. El enemigo lo esquivó sin problema y se puso a la espalda del chico de blanco.
- Frío, frío, Rubai-san - susurró el adolescente de negro al oído de su contrario, mientras posaba delicadamente la punta de Jiyu sobre los lotos y alzaba a Fukushu.
Rinaro-kun se dio la vuelta rápidamente y alzando su katana blanca con las dos manos la dirigió hacia la cabeza del enemigo. Pero aquella sombra negra frenó el golpe con sus dos espadas cruzadas.
- Ahora ambos estamos al límite - dijo Rinaro-kun.
- No, Rubai-san. La fiesta ha acabado.
Acto seguido y en un rápido movimiento desplazó a Fukushu y a Jiyu hacia atrás, para cruzar las katanas de nuevo sobre el pecho de Rinaro-kun. Dos cortes sangrantes aparecieron sobre la ropa del joven de túnica blanca. Agotado por un dolor ardiente, se arrodilló sobre los lotos.
- ¿Quién eres? - volvió a preguntar Rinaro-kun, esta vez con una mueca de miedo en el rostro.
El viento nocturno elevó dos pétalos blancos que giraron en espiral en el aire para luego desaparecer por encima del techo estilo oriental de la mansión.
- Soy Ayanami Seruhio-sama. He venido a matarte. - dijo el chico de negro.
- Mi nombre es Shisui Rinaro- contestó jadeando el otro joven.
- ¿Acaso has olvidado tu verdadero nombre Rubai-san?
- Yo no me llamo...
- Shh... - articuló Ayanami, levantando la cara de Rinaro-kun con Fukushu - Recuerda los campos de Ohiwa... Tú la mataste.
- ¿Vas a asesinar a un antiguo amigo?
- El perdón es para los débiles que no saben aceptar sus errores y necesitan que otros lo hagan por él.
- No puedo aceptar mi derrota - sentenció Rubai haciendo ademán de levantarse.
Seruhio-sama posó suavemente a Jiyu sobre la parte trasera del cuello de su oponente.
- La venganza no la devolverá a la vida. Es cierto, entonces la venganza no tiene sentido. Nunca lo tendrá si tan solo ocupa una mínima parte de tu vida. Únicamente es un sentimiento fuerte cuando ocupa todos los resquicios de tu alma y no necesitas más alimento que tomar que la venganza, mas aire que respirar que la venganza, más calor que sentir que la venganza que arde en tu interior. Nunca olvides mi nombre, ni tu verdadero nombre. Lo necesitarás para enfrentarte conmigo en el infierno.
Rubai-san se levantó de pronto y lanzó su katana contra el estómago de Ayanami. En el último momento, éste logro esquivar el golpe, que sin remedio le atravesó el hombro. Rápidamente Seruhio-sama proyectó a Fukushu hacia los ojos de Rubai-san y de un tajo le dejó ciego. Con el brazo izquierdo, dirigió a Jiyu hacia la garganta de su oponente.
Una fuente de sangre surgió del cuello del joven de túnica blanca.
-Ahora soy libre - susurró Ayanami Seruhio-sama enfundando sus katanas y separando la espada blanca de su hombro.
El cuerpo de Rubai-san cayó inerte sobre el suelo levantando un ejército de pétalos blancos que se dirigieron hacia el joven de negro. Tras quitarse la venda de los ojos, Ayanami Seruhio pudo comprobar que la túnica de Rubai-san se confundía con la alfombra de lotos blancos que lloraban en silencio.
Kun es un sufijo utilizado en el idioma japonés para tratar con chicos con los que se tiene cierta confianza. San es un sufijo utilizado en el idioma japonés para dirigirse a personas que se acaban de conocer o a aquellas con las que apenas se tiene trato. Sama es un sufijo utilizado en el idioma japonés para referirse a personas superiores en la escala social. Fukushu significa 'venganza' y Jiyu 'libertad'. La foto hace referencia a Fukushu, primera espada de Ayanami Seruhio. Cabe destacar que en japonés los nombres se utilizan escribiendo primero el apellido y luego el nombre de pila.
Fukushu (El Ángel Negro de la Venganza - Parte 1)

-¿Estás asustado? - preguntó Rinaro-kun mirando fijamente a su oponente .
- Nunca me había sentido más vivo - contestó el joven con los ojos vendados por un pañuelo negro.
En aquel jardín, los lotos estaban floreciendo y dejaban su estela blanca sobre todos los rincones de la pequeña parcela. Los pétalos tan solo eran quebrados por los silenciosos y controlados pasos de Rinaro-kun y de su desconocido enemigo. El pelo rubio de Rinaro-kun le cubría la frente hasta las cejas y su túnica blanca se confundía con las flores del jadrín y con el arma del adolescente.
Su contrincante lucía una túnica negra que hacía juego con su cabello oscuro y con la venda que cubría sus ojos. El chico apretaba fuertemente en su mano el mango de una elegante katana también del color del azabache.
Las dos espadas volvieron a surcar el aire, y la punta de la que empuñaba Rinaro-kun se quedó a un palmo de la nariz chata del desconocido.
El adolescente rubio se había visto sorprendido en su mansión de primavera, al sur de Japón. Pese a su origen estadounidense, siempre había mostrado interesado por la cultura oriental, lo que le llevó a entrenarse en el manejo de la katana y a continuar los negocios de su difunto padre en el país del sol naciente. El ataque del misterioso joven de traje negro le había pillado desprevenido, pero no estaba dispuesto a perder contra ese principiante en una disciplina en la que se había entrenado durante toda su vida.
- ¿Quién eres? - dijo Rinaro-kun lanzando un nuevo ataque.
- Solo alguien proveniente de la sombra que busca venganza. Mi nombre no importa de momento. Tan solo el porqué de mi llegada. - sentenció el chico en un susurro, rechazando el filo blanco de la espada de su contrario.
Rinaro-kun estaba desconcertado. A continuación se sucedieron una serie de ataques rápidos por parte del desconocido, que fueron bloqueados a la perfección por su adversario. Aquella figura negra lanzó una fuerte patada hacia el estómago de Rinaro-kun, que supo reaccionar perfectamente dándole un codazo en el pómulo y dibujándole un tajo vertical en el hombro con la katana color perla.
Rinaro-kun observó como su túnica blanca se había manchado de un reguero de sangre a causa del corte que había propinado a su enemigo.
- Eso es- dijo el adolescente vestido con las ropas oscuras - Eso es, Rubai-san. Hazme sentir vivo otra vez.
Rinaro se extrañó por el nombre que había utilizado el desconocido. Nunca había oído a nadie llamarle así. Y menos con esa determinación, con esa... frialdad. Pero no tenía tiempo para pensar, pues fugazmente la katana de su contrincante se avalanzó contra su pecho en un corte vertical. Rinaro-kun saltó hacia atrás para evitar el ataque. Pero, como un ángel negro, la espada contraria volvió hacia él, esta vez con más intensidad. Solamente el filo blanco de su arma, manchado todavía de sangre caliente, se interpuso entre su cuerpo y aquella cuchilla oscura.
Dando tres volteretas hacia atrás, el joven de negro consiguió evitar la estocada de Rinaro. En el aire desenfundó una nueva katana, negra como la anterior, pero notablemente más antigua.
- Es horas de que conozcas a Fukushu y Jiyu, pues el día en que te atraviesen, Rubai-san, yo seré libre - volvió a susurrar el adolescente de traje oscuro.
- Antes comprobarás que para derrotarme no has de ser un maestro. Has de ser una leyenda - contestó Rinaro-kun, seguro de sí mismo.
Las estrellas y la luna llena iluminaban el jardín. Un silencio tan solo roto por el silbido de las armas y el chasquido de sus filos al chocar.
Como suponía que nadie se iba a leer un texto tan largo lo he dividido en dos partes. La explicación de los sufijos japoneses y de los nombres de las espadas se encuentra en el segundo texto. La foto hace referencia a la Katana de Rubai-san.
martes, 4 de septiembre de 2007
Él Ángel Negro de la Venganza
-¿Estás asustado? - preguntó Rinaro-kun mirando fijamente a su oponente .
- Nunca me había sentido más vivo - contestó el joven con los ojos vendados por un pañuelo negro.
En aquel jardín, los lotos estaban floreciendo y dejaban su estela blanca sobre todos los rincones de la pequeña parcela. Los pétalos tan solo eran quebrados por los silenciosos y controlados pasos de Rinaro-kun y de su desconocido enemigo. El pelo rubio de Rinaro-kun le cubría la frente hasta las cejas y su túnica blanca se confundía con las flores del jadrín y con el arma del adolescente.
Su contrincante lucía una túnica negra que hacía juego con su cabello oscuro y con la venda que cubría sus ojos. El chico apretaba fuertemente en su mano el mango de una elegante katana también del color del azabache.
Las dos espadas volvieron a surcar el aire, y la punta de la que empuñaba Rinaro-kun se quedó a un palmo de la nariz chata del desconocido.
El adolescente rubio se había visto sorprendido en su mansión de primavera, al sur de Japón. Pese a su origen estadounidense, siempre había mostrado interesado por la cultura oriental, lo que le llevó a entrenarse en el manejo de la katana y a continuar los negocios de su difunto padre en el país del sol naciente. El ataque del misterioso joven de traje negro le había pillado desprevenido, pero no estaba dispuesto a perder contra ese principiante en una disciplina en la que se había entrenado durante toda su vida.
- ¿Quién eres? - dijo Rinaro-kun lanzando un nuevo ataque.
- Solo alguien proveniente de la sombra que busca venganza. Mi nombre no importa de momento. Tan solo el porqué de mi llegada. - sentenció el chico en un susurro, rechazando el filo blanco de la espada de su contrario.
Rinaro-kun estaba desconcertado. A continuación se sucedieron una serie de ataques rápidos por parte del desconocido, que fueron bloqueados a la perfección por su adversario. Aquella figura negra lanzó una fuerte patada hacia el estómago de Rinaro-kun, que supo reaccionar perfectamente dándole un codazo en el pómulo y dibujándole un tajo vertical en el hombro con la katana color perla.
Rinaro-kun observó como su túnica blanca se había manchado de un reguero de sangre a causa del corte que había propinado a su enemigo.
- Eso es- dijo el adolescente vestido con las ropas oscuras - Eso es, Rubai-san. Hazme sentir vivo otra vez.
Rinaro se extrañó por el nombre que había utilizado el desconocido. Nunca había oído a nadie llamarle así. Y menos con esa determinación, con esa... frialdad. Pero no tenía tiempo para pensar, pues fugazmente la katana de su contrincante se avalanzó contra su pecho en un corte vertical. Rinaro-kun saltó hacia atrás para evitar el ataque. Pero, como un ángel negro, la espada contraria volvió hacia él, esta vez con más intensidad. Solamente el filo blanco de su arma, manchado todavía de sangre caliente, se interpuso entre su cuerpo y aquella cuchilla oscura.
Dando tres volteretas hacia atrás, el joven de negro consiguió evitar la estocada de Rinaro. En el aire desenfundó una nueva katana, negra como la anterior, pero notablemente más antigua.
- Es horas de que conozcas a Fukushu y Jiyu, pues el día en que te atraviesen, Rubai-san, yo seré libre - volvió a susurrar el adolescente de traje oscuro.
- Antes comprobarás que para derrotarme no has de ser un maestro. Has de ser una leyenda - contestó Rinaro-kun, seguro de sí mismo.
Las estrellas y la luna llena iluminaban el jardín. Un silencio tan solo roto por el silbido de las armas y el chasquido de sus filos al chocar.
Rinaro dio una voltereta para esquivar a Fukushu y rodó por el suelo para no recibir la estocada de Jiyu, que quedó clavada en el suelo, haciendo volar los pétalos blancos de los lotos.
El manejo de las katanas por parte del desconocido era espectacular. Sus giros de ciento ochenta grados le permitían lanzar ataques a una velocidad vertiginosa con ambas armas. Sin embargo, era aun más increíble observar como Rinaro-kun bloqueaba todos sus ataques mientras se dibujaba una sonrisa en su cara.
Y así , el misterioso adversario recibió un nuevo corte que le cruzó las abdominales de izquierda a derecha. El joven del traje negro se agachó y vomitó sangre que tiñó la blancura de los lotos con el rojo. Jadeando se levantó con cuidado, clavando a Fukushu en el suelo y apoyándose en ella.
- No he terminado aún - sentenció la oscura figura suavemente sin que su voz cediera ni un ápice.
Con una media sonrisa, el adolescente de ropa oscura alzó por encima de su cabeza con su mano derecha a Fukushu tras separarla del suelo, y mantuvo con su mano izquierda a Jiyu por debajo de los hombros.
- Qué pena que antes de morir no puedas ver el rostro de la persona que te ha derrotado - dijo Rinaro-kun.
- Qué pena que necesites carcajearte de la persona que te asesinará para infundir valor a tu espíritu - contestó el chico con sus ojos todavía vendados.
Furioso, Rinaro-kun atacó a su oponente. El enemigo lo esquivó sin problema y se puso a la espalda del chico de blanco.
- Frío, frío, Rubai-san - susurró el adolescente de negro al oído de su contrario, mientras posaba delicadamente la punta de Jiyu sobre los lotos y alzaba a Fukushu.
Rinaro-kun se dio la vuelta rápidamente y alzando su katana blanca con las dos manos la dirigió hacia la cabeza del enemigo. Pero aquella sombra negra frenó el golpe con sus dos espadas cruzadas.
- Ahora ambos estamos al límite - dijo Rinaro-kun.
- No, Rubai-san. La fiesta ha acabado.
Acto seguido y en un rápido movimiento desplazó a Fukushu y a Jiyu hacia atrás, para cruzar las katanas de nuevo sobre el pecho de Rinaro-kun. Dos cortes sangrantes aparecieron sobre la ropa del joven de túnica blanca. Agotado por un dolor ardiente, se arrodilló sobre los lotos.
- ¿Quién eres? - volvió a preguntar Rinaro-kun, esta vez con una mueca de miedo en el rostro.
El viento nocturno elevó dos pétalos blancos que giraron en espiral en el aire para luego desaparecer por encima del techo estilo oriental de la mansión.
- Soy Ayanami Seruhio-sama. He venido a matarte. - dijo el chico de negro.
- Mi nombre es Shisui Rinaro- contestó jadeando el otro joven.
- ¿Acaso has olvidado tu verdadero nombre Rubai-san?
- Yo no me llamo...
- Shh... - articuló Ayanami, levantando la cara de Rinaro-kun con Fukushu - Recuerda los campos de Ohiwa... Tú la mataste.
- ¿Vas a asesinar a un antiguo amigo?
- El perdón es para los débiles que no saben aceptar sus errores y necesitan que otros lo hagan por él.
- No puedo aceptar mi derrota - sentenció Rubai haciendo ademán de levantarse.
Seruhio-sama posó suavemente a Jiyu sobre la parte trasera del cuello de su oponente.
- La venganza no la devolverá a la vida. Es cierto, entonces la venganza no tiene sentido. Nunca lo tendrá si tan solo ocupa una mínima parte de tu vida. Únicamente es un sentimiento fuerte cuando ocupa todos los resquicios de tu alma y no necesitas más alimento que tomar que la venganza, mas aire que respirar que la venganza, más calor que sentir que la venganza que arde en tu interior. Nunca olvides mi nombre, ni tu verdadero nombre. Lo necesitarás para enfrentarte conmigo en el infierno.
Rubai-san se levantó de pronto y lanzó su katana contra el estómago de Ayanami. En el último momento, éste logro esquivar el golpe, que sin remedio le atravesó el hombro. Rápidamente Seruhio-sama proyectó a Fukushu hacia los ojos de Rubai-san y de un tajo le dejó ciego. Con el brazo izquierdo, dirigió a Jiyu hacia la garganta de su oponente.
Una fuente de sangre surgió del cuello del joven de túnica blanca.
-Ahora soy libre - susurró Ayanami Seruhio-sama enfundando sus katanas y separando la espada blanca de su hombro.
El cuerpo de Rubai-san cayó inerte sobre el suelo levantando un ejército de pétalos blancos que se dirigieron hacia el joven de negro. Tras quitarse la venda de los ojos, Ayanami Seruhio pudo comprobar que la túnica de Rubai-san se confundía con la alfombra de lotos blancos que lloraban en silencio.
Kun es un sufijo utilizado en el idioma japonés para tratar con chicos con los que se tiene cierta confianza. San es un sufijo utilizado en el idioma japonés para dirigirse a personas que se acaban de conocer o a aquellas con las que apenas se tiene trato. Sama es un sufijo utilizado en el idioma japonés para referirse a personas superiores en la escala social. Fukushu significa 'venganza' y Jiyu 'libertad'.
lunes, 3 de septiembre de 2007
El Columpio
Justo antes de llegar a casa, una sombra se cruzó en mi camino y pegué un frenazo de golpe. Bajé del coche para comprobar que no había atropellado por mi descuido a un perro o a algún animal pequeño. Pronto, me percaté de que había parado junto al parque que estaba cercano a mi casa, un lugar que, tan solo iluminado por la luz de las farolas, tenía un aspecto lúgubre.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo cuando el viento hizo chirriar los columpios de aquel lugar de recreo. Sentía que no debía estar allí, pero por otra parte tenía un deseo irrefrenable de acercarme cada vez más a esos columpios, para intentar autoconvencerme de que era tan solo la brisa nocturna la que marcaba ese compás.
Sin embargo, sobre el sillín de aquel columpio estaba la figura de un niño de unos seis años que me miraba inocentemente. Estaba pálido y tenía los ojos grisáceos, demasiado carentes de vida para un niño de su edad
- ¿Qué pasa, te has perdido?- pregunté preocupado, al observar su aspecto.
- Juega conmigo - imploraba el niño.
- ¿Cómo te llamas?
- ¿No quieres jugar conmigo? - balbuceó el niño, ignorando mi pregunta.
- ¿A qué quieres jugar? - dije resignado.
- Solo quiero que nos columpiemos juntos.
Así pues, me senté en el sillín que estaba a su lado y comenzamos a movernos a la par, hacia delante y hacia atrás. El aire de la noche conseguía refrescarme y relajar mis sentidos. Todo marchó bien hasta que sentí que mi columpio estaba fuera de control. Me estrellé contra el suelo dándome un enorme golpe en la cabeza que me dejó incosciente.
Desperté poco tiempo después, pues apenas habían pasado diez minutos por mi reloj. El niño había desaparecido. La causa de mi caída fue el mal estado del columpio, que se había desatornillado. Miré a mi alrededor. Silencio tan solo quebrado por el chirriar de las cadenas de aquel solitario columpio que había quedado intacto. Estaba saliendo ya de aquel parque cuando oí el lamento de un niño. Me di la vuelta, al darme cuenta que la voz era la misma que la del chico de antes. Sentado en un banco, se cubría la cara con sus manos mientras lloraba desconsoladamente.
- ¿Qué te pasa? - pregunté.
- No has querido jugar conmigo - murmuró el niño.
No me dio tiempo a contestar, pues el niño retiró los dedos de su rostro. Lágrimas de sangre recorrían sus mejillas y manchaban su mandíbula mientras susurraba:
- Quiero que te quedes aquí y juegues conmigo para siempre.
Mi corazón dio un vuelco y sentí que debía correr hacia mi coche, que estaba tan solo a unos metros de distancia. No miré hacia atrás, agarré el volante para pocos minutos después entrar en el garaje de mi urbanización. Nada más entrar en mi piso, noté que necesitaba ir al baño para vomitar. Cuando ya me encontraba un poco mejor me dirigí hacia mi salón. Sentado en el sillón, decidí fumarme un cigarro para intentar relajarme.
Comencé a pensar en todas aquellas historias de fantasmas en las que nunca había creído, y en los motivos por los que los muertos permanecen en el mundo de los vivos. Llegué a la conclusión de que debía llamar a la policía local. No para contarles mi caso, sino para informarles del mal estado de los columpios de aquel parque. Después de hacer la llamada, quedé más tranquilo y di una última bocanada al cigarrillo que reposaba en el cenicero. Cerré los ojos y me recosté en el sillón, quedando profundamente dormido.
Definitivamente, no sé si aquella llamada ayudó a que aquella alma descansara en paz, no logro entender por qué el fantasma de aquel niño intentó arrastrarme hacia el final que él había sufrido, lo único que tengo claro es que todavía un escalofrío me recorre la espalda cuando oigo el chirriar de esos columpios.
Recordatorio de la Fiesta de la Confirmación
domingo, 2 de septiembre de 2007
La Vista de un Ciego

Seguí hacia adelante. Una vitalidad sobrenatural me impulsaba hacia delante, si no continuaba la oscuridad quemaba mi corazón como las llamas devoran la carne. Poco a poco empezaba a sentir, podía palpar los objetos.
Mis dedos rozaron algo con tacto frío y liso como el hielo. Tropecé y caí al suelo. Noté como la hierba acariciaba mi cara y como la tierra húmeda manchaba mis pómulos. Froté mis mejillas con los dedos. La mortecina frialdad de mis manos se extendió por el resto del rostro.
Había tragado algo de tierra. Y en el fondo de la garganta se dibujó un gusto amargo y áspero. Metálico. Sangre. El sabor de aquella grava estaba mezclado con el nítido de la sangre. Tosí para expulsar esa sensación tan desagradable.
Cada vez me pesaban menos los párpados. Oía el lamento desesperado de una mujer. Intenté acercarme a ella para consolarla, aunque todavía no podía ver nada. Al poner mi brazo alrededor de ella un chasquido me sobresaltó. Los golpes eran cada vez mas uniformes y el llanto no cesaba. Conseguía ver algo de luz y distinguía con dificultad una figura que parecía estar trabajando la tierra. Olía a rosas frescas.
Como veía que mis acciones no servían para ayudar a aquella señora decidí tumbarme en la hierba. Caí en un sueño profundo.
Un ladrido repentino me despertó. Me puse de pie con cuidado, todavía adormecido. Entonces descubrí que ya podía ver. Un mar de lápidas se dispuso ante mí. Un cementerio. ¿Qué hago yo aquí?, pensé. No hizo falta respuesta. Solo bastó con ver una losa de piedra con mi nombre escrito en ella.
sábado, 1 de septiembre de 2007
Death Note

(Atención: Spoiler) Todo comienza con un adolescente, Yagami Light(Raito) que encuentra una agenda de color negro que tiene escrito en su portada 'Death Note', con la que puede matar a una persona con solo escribir su nombre en cualquiera de sus páginas, mientras piensas en su rostro. Después de que el chico compruebe que la libreta no se trata de ninguna broma matando a un criminal que había aparecido por la televisión, se plantea conseguir el ide

Pero sus intentos se verán frenados por un investigador llamado L, de nombre y rostro

Comienza entonces una lucha de inteligencias entre Light y L, que desvela su rostro a la policía japonesa para colaborar con ella. Hace acto de aparición un segundo Kira, que posee una nueva Death N


Después de grandes intrigas y suspenses Light consigue dar muerte a L gracias a la ayuda de la shinigami Rem. Así el paso definitivo para la con


Desesperado por salvarse, Light intenta huir matando a sus acusadores, y recibe varios disparos. Finalmente, Light muere cuando el shinigami Ryuk, dando ya por sentado que Light iba a ser ejecutado por sus crímenes, apunta 'Yagami Light' en su propia Death Note.
domingo, 1 de julio de 2007
Urahara Kisuke

La Noche Triste
La fiereza con la que fueron atacados los españoles y sus aliados indios se resume en escalofriantes cifras de bajas, con más de seiscientos muertos en las filas hispanas junto a varios miles de tlaxcaltecas. El propio Hernán Cortés recibió varias heridas, aun así, la mitad de los efectivos se pudo salvar gracias a la disciplina mantenida por la vanguardia de la expedición, aunque en la retaguardia fueron capturados más de cien españoles y sacrificados ritualmente al día siguiente. El 1 de julio de 1520 pasaría a la historia como ''La noche triste''.
He tomado esta cita del libro de Juan Antonio Cebrián, 'La Aventura de los Conquistadores', para recordar esa noche de hace 487 años en la que la avaricia de los conquistadores españoles fue castigada por la furia de los nativos indígenas que tan solo pretendían luchar por su tierra y por su pervivencia en el mundo. Fue una batalla dura para los conquistadores hispanos que finalizó con unas enormes pérdidas de efectivos, tanto de ellos como de sus aliados. Cuenta la leyenda, que al finalizar el combate Cortés intentaba tomar aliento al pie de un árbol frente al cual terminó derramando sus lágrimas.
El grupo Mago de Oz supo retratar en su álbum 'Gaia' este momento mediante una canción llamada 'El Árbol de la Noche Triste' cuya letra es la siguiente:
Hoy la soberbia hizo violar tu valor,
y la avaricia lamió tu deshonor,
cuánto duele sentir que uno está perdido,
que la amargura se folló a tu destino.
Quitále la ropa interior al dolor,
desnúdate Cortés y dime, ¿qué ves?
Dime qué ves.
Se excita la venganza al ver la erección
que te produce la idea de otra invasión,
creíste tener el mundo a tus pies
y lloras tu derrota lamiéndote.
Recuerda lo que aquí un día perdiste,
Yo soy el Árbol de la Noche Triste.
Con esta entrada, finalmente quiero decir que nunca se esclavice a un pueblo en nombre de un dios, una religión, una creencia, una ideología o un color de piel, y que no se aniquile a una sociedad para conseguir sus riquezas; ¿Es que el oro vale más que la sangre y el sudor de una persona?
viernes, 22 de junio de 2007
To unexplain the unforgivable

Ninguno de ellos decía nada, pues sabían que no era necesario articular ninguna palabra cuando no tenían nada que decir. Existía la suficiente confianza como para compartir el silencio. La tranquilidad fue rota por un suspiro. La chica le miró con sus profundos ojos verdes y le preguntó:
- ¿Pondrías una mano en el fuego por mí?
- ¿Qué? - contestó el chico saliendo de sus pensamientos.
- Que si serías capaz de poner la mano sobre el fuego si yo te lo pidiera.
- Sí. Confío demasiado en ti como para pensar que podría quemarme. Los filos de las llamas nunca lograrían tocar mis dedos.
- Hazlo, por favor - suplicó la chica, que le dio un beso en la mejilla.
El chico se puso de pie y se remangó la camisa. Lentamente fue acercando las yemas de los dedos al fuego de la chimenea. No tenía miedo. Sonreía. Introdujo la mano, el calor traspasaba la piel al estar demasiado cerca, pero no le hacían daño. Vio una sombra tras de sí, que le susurró al oído:
- Caíste, creído y estúpido gilipollas.
La joven le empujó contra el fuego. El chico cayó de bruces a las llamas, pero no emitió ni un solo aullido de dolor, ni un solo lamento. Las lenguas mellaban poco a poco su rostro, su piel y su carne. Él se puso de pie sobre la chimenea y desapareció entre las luces brillantes y anaranjadas.
Un golpe de viento apagó la chimenea y cerró de golpe la puerta de la habitación. Las últimas ascuas ardieron y finalmente se apagaron, dejando un llanto de cenizas grisáceas. La chica caminó hacia la puerta. De las cenizas se alzó una figura negra. Era su amigo. Ya no tenía aquel rostro afable. Lágrimas de sangre brotaban de sus ojos de iris rojo apagado, como las llamas de aquella chimenea que se habían extinguido. La toga negra cubría su cuerpo y una capucha del mismo color nublaba su rostro. De pronto, la joven fijó sus ojos en la empuñadura que sobresalía por encima de los hombros del joven.
- ¿Qué vas a hacer? - preguntó la chica, con la voz quebrada por el miedo.
El muchacho no respondió. Llevó sus manos a la empuñadura de su espada y la desenfundó ejecutando un sonido frío como la muerte. Plateada. Sencilla. Limpia, brillante y blanca como la luz de luna. El acero silbó en el aire. El siguiente ruido fue el seco golpe de una cabeza chocando contra el suelo.
martes, 19 de junio de 2007
Sueño de una Noche de Otoño

Era una noche fría, no solo por la temperatura, sino también por el aspecto. La tenue luz blanca de la luna llena se filtraba a través de la tela de la cortina y el viento agitaba las hojas del ciprés que se alzaba por encima del balcón. Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Tenía miedo. Ya no solo por el caduco llanto de las ramas de aquel árbol, o por el silencio que reinaba en mi casa de campo, sino por aquella siniestra calma, estática como la muerte.
Decidí cambiar de postura en mi cama y mirar hacia la puerta, en lugar de observar mi ventana. Una enorme sombra negra oscureció las sábanas blancas por la luz de la luna con las que me arropaba. Mi corazón latía deprisa, pero decidí no mover ni un ápice de mi cuerpo, incluso impedía que pudiera agitarse alguno de mis oscuros cabellos. La puerta se cerró de golpe y me sobresalté. Un aliento frío como el aire invernal se deslizó por mis mejillas y poco a poco, por mi cuello. Una mano suave y fina acarició mis hombros, bordeando su figura y bajó a mis pechos. Un manto negro envolvió mi cuerpo, mi alma fue arropada por un sentimiento de excitación y lujuria, pidiendo perdón a Dios por mi inmutabilidad.
Sus dulces labios me besaron sensualmente, empezando por la parte inferior de la oreja y terminando por mi pálido cuello. Un agudo dolor penetró en mi yugular, llevándose el calor de la vida, absorbiendo mi alma y mi pasión; aunque a la vez perduraba el deseo de que aquello nunca terminara, esa sensación agridulce que devoraba mi piel y mi sangre. Dos gotas cálidas rociaron mi frente mientras una voz lánguida y voluptuosa susurraba en mi oído que él agradecería por siempre a la Madre Noche la gracia que le había otorgado. Tanto mi mente, como mi cuerpo se sumieron en una profunda oscuridad.
La luz del alba golpeó en mis párpados y fui despertando de mi sueño. Estaba cansada, desvalida, aunque había dormido toda la noche. Una noche desde luego, con amargas pesadillas, que no me habían dejado descansar plenamente. Afortunadamente había sido eso, solo un sueño de una noche de otoño. Me puse de pie, corrí las cortinas y el amanecer inundó mi habitación. El torrente de claridad me hizo caer al suelo, mis piernas me fallaban y apenas podía levantar los brazos. Lejos de toda inútil esperanza, no consegía levantarme, pues cada vez que lo intentaba una fuerte punzada aparecía en mi cuello, como una daga fina y traicionera al mismo tiempo.
martes, 12 de junio de 2007
La Caída de las Ideologías
Entre el 9 y el 10 de noviembre de 1989 se produjo la caída del Muro de Berlín. Durante todo el año 1991 se produjo el fracaso y la desintegración de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, más conocida como URSS. A partir de finales de 1991, la URSS ya no existía, tan solo la entidad de la Confederación de Estados Independientes, presidida por Boris Yeltsin, existía Rusia, Ucrania, Bielorrusia... ¿Existirían, a partir de entonces, las ideologías?
EL NUEVO ORDEN MUNDIAL
Y así el liberalismo económico y político, que comenzó su carrera allá por el siglo XVIII, terminó por imponerse como un fantasma en todo el globo, desarrollándose así, un proceso conocido como 'globalización', al que todos, queramos o no, estamos sujetos. El libre intercambio, la libertad de empresa, el capital y las finanzas es lo que importa hoy en día, la tierra del consumo, la era de la información y el desarrollo.
El establecimiento de esta ideología y sobre todo, la garantía de su validez realizada por los dueños del mundo, Estados Unidos o Japón, con mayor o menor atrevimiento, ha producido la muerte de las ideas, el desasosiego, el desengaño y la hipocresía, dando lugar a una sociedad donde no prima la ayuda o la solidaridad, donde no existen los valores, tan solo la competencia que con su veneno ha intoxicado las venas de compradores y vendedores, oferentes y demandantes, generando el fallecimiento de toda forma de pensar distinta.
Nadie se atreve a dar un paso más, nadie se atreve a contradecir el perfecto sistema de mercado con sus leyes de oferta y demanda, que ciegan con el deseo de hacernos ricos para que no veamos la muerte, la destrucción, el hambre, la represión y las guerras que hay en muchos países del mundo. Siempre será muy fácil verlo con la boca llena delante de nuestro televisor, observando mientras engullimos un enorme trozo de pan cómo millones de niños no pueden gozar de él.
Y aunque sepamos que nuestra globalización tenga fallos, no queremos aceptarlos, preferimos olvidarnos de ellos mediante el consumo, como aquel alcohólico que ahoga sus penas en un vaso de cristal. Pregunto: ¿Es justo?
LA ALIENACIÓN
No creo que exista una verdad absoluta, por ello no creo en el neoliberalismo ni en la mundialización como un proceso meramente positivo como nos hacen creer en los libros de economía. No pido que seáis de izquierdas ni de derechas. Solo quiero que penséis, que insistáis, que escuchéis, que no calléis, que claméis, que cuestionéis lo que está impuesto y veáis los fallos del sistema, los acatéis y los razonéis. Solo entonces será posible desarrollar una voluntad de cambio, de avance hacia un mundo mejor, en el que los Derechos Humanos no se agoten en un papel escrito, sino que se desarrollen de forma plena. Nada es perfecto. El mercado y la mundialización no son perfectos. Se puede cambiar aquello que no funciona bien. ¿Han muerto las ideologías? Sí. Pero mientras sigamos luchando nacerán en todos y cada uno de nosotros y atacarán con más fuerza para lograr un mundo en el que primen la igualdad de derechos, deberes y oportunidades.
viernes, 25 de mayo de 2007
Día del Orgullo Friki
1. Porque he ganado a Nara Shikamaru al Shogi.
2. Porque mi espada shinigami es más grande y fuerte que la de Ichigo Kurosaki.
3. Porque es mi alma la que posee a Orochimaru.
4. Porque nunca me he rendido, como Rock Lee.
5. Porque me gusta llamar la atención como a Naruto.
6. Porque yo y no Edward Elric soy el verdadero alquimista de acero.
7. Porque logré hacer un genjutsu tan solo pestañeando.
8. Porque mi sharingan tiene infinitas pupilas giratorias.
9. Porque mi maestro fue la tortuga de Maito Gai.
10. Porque soy un caballero de platino protegido por el todopoderoso Zeus.
11. Porque el agua del campo de entrenamiento de Zhouquan Xiang que maldice a Ranma era uno de mis fluidos corporales.
12. Porque yo y no Kakarotto soy el Super Saiyan de la Leyenda.
13. Porque yo y no el Doctor Guero creé a los androides A-17, A-18 y A-16 y al bioandroide Cell.
14. Porque de hecho, Cell fue creado a partir de las células de todos los frikis del mundo.
15. Porque el Doctor Brief me robó mi fórmula de las cápsulas Hoi-Poi y se forró a mi costa.
16. Porque yo salvé a 'V' del incendio del laboratorio.
17. Porque las bolas del dragón fueron creadas por mí.
18. Porque yo y no Jack Skellington soy el Rey Calabaza.
19. Porque estoy casado con la Novia Cadáver.
20. Porque yo enseñé el Rasengan al Cuarto Hokage.
21. Porque Kakashi copió mi Chidori con su sharingan.
22. Porque sé manejar los cinco elementos: Fuego, Viento, Tierra, Agua y Rayo.
23. Porque yo fui el maestro jedi de Yoda.
24. Porque yo pilotaba el X-Wing que destruyó la Segunda Estrella de la Muerte en la Batalla de Endor.
25. Porque yo y no Darth Sidious manejaba los hilos de la Confederación de Planetas Independientes.
26. Porque yo creé el anillo único.
27. Porque tengo que poner infinidad de cosas en esta lista cuando esté menos cansado...
28. Porque conozco los síntomas de más enfermedades que House y sé curar todas las que existen.
29. Porque el cerebro de House es solo el transplante que yo mismo realicé de una millonésima parte de mi cerebro.
30. Porque Chuck Norris es una creación de cómic mía pero fue desechado y tirado a la basura porque no me gustaba un personaje tan estúpido.
31. Porque tengo más de cinco ejércitos de Warhammer.
32. Porque dominaré el mundo.
33. Porque sé manejar un sable láser de infinitas hojas (no sólo la mariconada de Darth Maul, de dos).
34.Porque en realidad yo era quien estaba tras la máscara de 'V', y no he muerto porque soy inmortal debido a los poderes de las bolas del dragón.
35. Porque yo ahogué al doctor Brief con mis calzoncillos, en honor a su nombre, por robarme mi proyecto.
36. Porque si Legolas mató a doscientos orcos con su arco y flechas yo maté doscientos uno tan solo mirándolos con mi sharingan.
37. Porque cago kryptonita.
38. Porque yo estoy detrás del traje de la Araña Escarlata.
39. Porque yo cedí mi fortuna a Bruce Wayne porque me daba pena e inventé sus juguetitos.
40. Porque Sephirot es un clon mío mal creado, en vez de ser un clon de Jénova.
41. Porque Vincent Valantine fue un experimento fallido mío al intentar resucitar el cadáver del primer friki de la humanidad.
42. Porque dominaré el universo.
43. Porque nunca he perdido al risk.
44. Porque la Máscara de Majora fue construida por mí cuando tenía tres años.
45. Porque yo fui el vampiro que mató a Van Helsing.
Feliz Día del Orgullo Friki
domingo, 20 de mayo de 2007
Dar sin pensar en recibir
Aquél que da siempre recibirá daño y dolor como respuesta; nadie agradece nada. Cuando tú pidas algo te darán la espalda...
No lo olvides
sábado, 19 de mayo de 2007
Injusticia
viernes, 11 de mayo de 2007
El mercado competitivo
Esta es la sociedad competitiva que han creado las estúpidas teorías del liberalismo, en las que no eres nadie si no tienes dinero o poder, una cara bonita o un buen culo que enseñar.
El amor, la amistad se compran y todo se mueve por intereses aunque no los conozcamos o no tengamos noticia de los mismos.

Esto es lo que ocurre cuando sueñas, y despiertas en un mundo absurdo. Caes y te levantas cuando el mundo se te hecha encima. Cada día intentas cumplir tus sueños, creer y refugiarte en el castillo de la esperanza, que no es más que la negación de la realidad. Te das de bruces con ella. Minuto a minuto. Hasta que llega un momento en el que no tienes fuerzas para levantarte de tu lecho, tienes miedo a darte de bruces contra la fría melancolía de un tiempo pasado que fue mejor que éste. Temes el paso del tiempo, la fugacidad de la vida y la muerte. La vida no te sonríe, te observas en el espejo, no te gusta aquello que miras. Entonces, te das cuenta de que nada tiene sentido.
Pero es cierto, soy feliz. O por lo menos lo intento. Porque soy un cobarde que se niega a creer lo que afirma con palabras.
Como abono para tu campo de trigo, sembrado de pesimismo.
miércoles, 2 de mayo de 2007
El 2 de Mayo de 1808

Confirmación
La ceremonia de Confirmación no tuvo muchos hechos destacables, la verdad. Fue una sorpresa ver a muchas personas con traje, sobre todo observar el cambio que pegaban. También fue interesante el discurso del vicario, el cual nos pedía que 'renunciásemos a Satanás y a todo el pecado', como si siguiéramos viviendo en la Edad Media y siguieran existiendo esa Caza de Brujas que se llevó a millares de personas gracias al 'Santo' Tribunal de la Inquisición. Independientemente de eso también fue recalcable el reguero de sudor que te dejaba en la mejilla el vicario cuando te tenía que dar el beso y su bendición; bendición que para muchos era convertirse en ateo por la gracia de Dios (gracias Nuño por esta frase tan buena). Además, se me olvidó completamente lo que tenía que decir cuando el vicario me daba la bendición, así que mi 'confirmación' no fue para tirar muchos petardos. Gracias a Urriza, que por estar al lado del vicario, pudo recordarme la contestación.
Por último, quiero agradecer de esta ceremonia a todos los amigos que se dignaron a salir de sus casas para venir a ver como nos un ungían la frente con aceite; aunque más bien creo que lo hicieron vernos con los trajes que, aún así, llevaríamos en la esperada fiesta del viernes. Por cierto, fiesta polémica donde las haya, porque las condiciones de la misma se expusieron en el corcho, lo que molestó a Miguel Ángel (cura que nos da la asignatura de religión), puesto que muchos protestamos (sí, me incluyo) por la paga de veinte euros que tendríamos que hacer como donativo por recibir el sacramento, pero no nos quejamos de la entrada de veintinueve euros para la barra libre del local. A todo esto los profesores, también arremetieron contra nosotros, alegando que nunca había habido fiesta para celebrar la Confirmación (ilusos, que fría es la ignorancia)... De hecho para muchos la Confirmación era cogerse un pedo en nombre de Dios, o comenzar a creer en Dios (por fin), gracias a las visiones que podía proporcionar el alcohol...
LA FIESTA
La fiesta, en resumidas cuentas, fue una bacanal de vómitos y garrafón. Después de todo el trabajo que tuvo Sergio para organizar el local en el que todos queríamos pasárnoslo bien, la jugada salió como un churro. Al principio pasamos emocionados, pero no sé si era una sensación propia o común, la verdad es que a primera vista el lugar parecía un sótano. Intentando olvidar estas primeras impresiones, la gente comenzó a beber, dispuestos a cogerse el pedo del siglo. Antes de que el alcohol comenzara a subir, el futuro se empezaba a poner un poco negro, y nunca mejor dicho, pues al local entró gente de piel bastante oscura y si la persona era menos morena, iba rapada hasta las cejas. En fin, la gente decidió tomarse más lingotazos intentando olvidar que podía haber movida (como luego la hubo, aunque yo me la perdí) por las copitas de más. Todo parecía marchar bien. Bailábamos (hasta Luis bailaba), nos poníamos las corbatas en la cabeza, todo el mundo se daba abrazos ('Te quiero mucho tío/a'), y si no, besos con lengua pues ya empezaban a surgir los primeros morreos de la noche. Morreos inesperados, morreos esperados... (vosotros me entendéis, creo). En definitiva, genial. Pero resulta que esos lingotazos que la gente se tomaba tenían mas de tazo que de lingo (porque en vez de Ron Brugal era Ron Orbucal, que más bien este último tenía nombre de colutorio para lavarse la boca después el cepillado) y entonces empezó lo de siempre y lo más asqueroso: las carreras, los tropezones de vómito y los desplomes. De hecho, llegó un momento en el que la gente estaba o vomitando o bien liándose con alguien y el local se hizo inhabitable. Por lo pronto, el baño de chicos parecía el Coto de Doñana (con su fauna y todo). El suelo del local estaba resbaladizo, y además no se veía una mierda, por lo tanto los hostiones estaban a la orden del día. Había gente que hablaba sola, y farfullaba para sí misma (vosotros me entendéis, creo), había gente que se hostiaba contra un suelo cayendo como un árbol (me seguís entendiendo), otros chicos salían del armario y pedían rollo a gente de su mismo sexo, brotando la homosexualidad (entenderéis si preguntáis a Carmelo), y otras parejas (completamente inesperadas), se encontraban en situaciones realmente comprometidas (me habéis entendido). Yo me piré, pero la fiesta siguió con desalojamiento del local, mamporros, camorra, huída y punto y final a una CONFIRMACIÓN de que los dueños de los locales son unos estafadores. (Aún así, Sergio, gracias de verdad porque te lo curraste y estuviste pendiente de todo).
jueves, 26 de abril de 2007
El miedo
'El miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio y el odio lleva al sufrimiento'
Hemos oído tantas veces esta frase que resulta irónica o incluso cómica. Seguramente no nos paramos a pensar en el trasfondo que tiene la misma y en lo que verdaderamente significa.

El miedo siempre es el principio del mal. Es la falta de seguridad, de confianza en lo que se hace o en lo que se espera. Es una nube que cubre la razón y llena nuestra mente de tormenta, de confusión y de instintos animales que no podemos frenar, saca a relucir nuestra condición irracional en todos sus aspectos. No podemos controlarlo, de hecho existe el miedo al tener miedo.
El miedo al fracaso y a la pérdida siempre van a ser nuestros peores enemigos; unidos también al miedo al dolor o a la muerte. En cualquier caso, el miedo al tapiar nuestras mentes, puede acarrearnos problemas. Creo sinceramente que estos obstáculos serán el origen de nuestra frustración, que siempre hará que utilicemos nuestro daño interno como instrumento de venganza y alimento de nuestra ira contra todo aquello que consideramos que ha tenido la culpa de nuestro fallo.
El miedo de hecho es un aliado poderoso y engañoso. Crece poco a poco, como una pequeña semilla en nuestro corazón, y va consumiendo poco a poco nuestra razón y cuanto más grande se haga más difícil es destruirlo. Se aprovecha de las mentes débiles, es muy astuto y de hecho, las doblega con facilidad. El miedo también se alimenta del fracaso y del cumplimiento de sus profecías. Es decir, el desarrollo de aquello a lo que más temes. En cuanto eso ocurre se desencadena un proceso de mutua alianza con el miedo, empiezan a surgir típicas frases de 'Ves, te lo dije', el miedo te seduce, te condena y te impulsa hacia la ira. Arremetes contra todo. Y comienzas a odiar.
Otra forma que tiene el miedo de dominarte es antes de que se produzca aquello de que temes. A veces el aviso de que algo se pueda producir basta para que caigas rendido a sus pies, es decir para que sigas a lo que este te dicta. 'Si no quieres caer en ese sufrimiento, actúa.' Nunca hay que olvidar que el camino miedo siempre va a ser la vía más sencilla, aquella que parece que cambiará las cosas (no olvidemos que el miedo siempre será una ayuda a conseguir lo que deseamos); pero no va a ser una ruta exenta del sufrimiento. Pues a veces, el miedo al sufrimiento es peor que el propio sufrimiento.
TIPOS DE MIEDO
-Miedo a la muerte: Es un miedo muy poderoso puesto que es el único cuyo cumplimiento está garantizado. Sin embargo las reacciones que desencadena no son siempre las más negativas; aunque por supuesto hace que odiemos a todo aquel que nos dañe por una cuestión de supervivencia.
-Miedo al dolor y a nuestra integridad física: Queremos seguridad, tenemos miedo a los demás y pensamos que nos puede hacer daño. 'El hombre es un lobo para el hombre.', piensan muchos. Esta desconfianza y este miedo es utilizado por algunos políticos, aprovechan el caos para que se produzca el surgimiento de sistemas totalitarios y fascismos que priven nuestra libertad y garanticen que te puedas mantener tal y como estás. El miedo, ciertamente es un instrumento muy poderoso.
-Miedo al fracaso: Muchas veces nos ponemos metas con la esperanza de cumplirlas. Pero...¿que pasaría si no se cumplieran? Esa es la pregunta que nos va a plantear el miedo. En ese caso únicamente podemos tomar dos sendas.
La primera, no acer caso al temor, puesto que el camino es más importante que la meta, la consigas o no. Lo importante son los medios que utilizamos, lo bueno que nos aporta nuestro andadura.
La segunda, dejarnos llevar por el miedo. La meta es lo más importante, si fracaso nada tendrá sentido. El fin justifica mis medios, no me importa a quién me encuentre, arremeteré contra el si es necesario y se interpone en mi camino.
El miedo al fracaso a su vez puede seguir las dos rutas de dominación descritas en el primer punto. Si tenemos miedo al fracaso, entonces intentaremos por todos los medios que éste no se produzca (sea el odio, ira, o daño al otro), si el fracaso se produce la reacción es de deseo de venganza contra todo aquello que nos ha quitado nuestro objetivo.
-Miedo a la muerte de un ser querido: También verdaderamente imponente, si ese ser querido nos importa haremos todo lo que esté en nuestra mano para salvarle. Si la muerte ha sido provocada, la solución es venganza contra aquél que la halla producido. Siguen de nuevo, las dos rutas de la dominación del miedo.
-El miedo a lo desconocido: Es la base del miedo. Todos los miedos parten de ello. La muerte es algo desconocido. El sufrimiento supremo es desconocido para una persona que no haya pasado por el. La pérdida, la frustración es futuro y éste es desconocido.
EL MIEDO COMO ARMA
El miedo también puede utilizarse como arma. Infundir miedo no es caer en el miedo, es simplemente ser el miedo. Es ser una entidad poderosa, que no ataca al físico de las personas, sino a algo más importante, su psykhé (alma, mente, cebro). Como hace con cada uno de nosotros, si somos el propio miedo debilitamos, nublamos y exprimimos la mente que tenemos frente a nosotros. Si el miedo es terror toda fuerza racional es borrada en el individuo, éste se sobrecoge, y aparecen sus instintos animales de supervivencia. No hay que olvidar que, el miedo puede helar el corazón del hombre más valiente. ¿Se puede morir de miedo?
Deja que mis gritos hielen la sangre de los vivos...
(Banshee)
sábado, 21 de abril de 2007
Fuera de Quicio
El argumento no importa (no podemos buscarle ninguna lógica), y es imprescindible, puesto que sin ese argumento tan absurdo la obra no hubiera sido concebida tal y como la conocemos. En definitiva, para lo que a merecido la pena esta obra era para ver los diálogos y para reírte de cómo Juan Carlos (nuestro profesor de Lengua y Literatura), aparecía en escena haciéndose el borracho, desnudo de cintura para arriba y con unas bragas en la cabeza. Y por supuesto para contemplar las caras de psicópata que ponía Ángel Luis, el profesor de Química.
Si os interesa la obra se titula 'Fuera de Quicio', y su autor es José Luis Alonso de Santos. Gracias Nancho por ofrecernos un año más un poco de buen teatro.
viernes, 20 de abril de 2007
A un brazo
Eráse un brazo blando y relajante
Érase una miga de pan gigante
Érase tierna y caliente empanada.
Érase una esponja al sol bañada
Érase estirado gran guisante
Érase del algodón amante
Érase una carne al fuego guisada.
Érase galleta en leche mojada
De nata recubierta dulce fresa
Érase un brazo con piel de manzana
Érase premio de cierta princesa
Tucho la quiero, como trucha asada
A trucho que ve su sonrisa traviesa.
Te dedico este soneto como agradecimiento por regalarme tu brazo blandito. Espero que te guste.
jueves, 19 de abril de 2007
Final de Baloncesto. 1º de Bach.-C contra 1º de Bach.-A
Primero de Bachillerato C (mi clase):
Titulares:
-David Merayo
-Borja Jiménez
-Pablo Rocca
-Álvaro Benito
-Carlos Nuño
Reservas:
-Sergio Fernández (yo)
-Manuel Amigo
Primero de Bachillerato A:
Titulares:
-Alberto Iglesias
-Diego González
-Alberto García
-Marcos
-Diego Mariscal
Reservas:
-Montero
Así acabo la primera parte, aguantando, y empezó la segunda, en la que yo salí a darlo todo, pero me quedé sin hacer nada (como era de esperar), recuperando algún balón y esperando que Nuño se repusiese de su cansancio. Desde que yo salí del campo todo fue a mejor; no se si sería yo o qué pero empezamos a ganarles con diferencias de hasta 5 puntos (creedme era demasiado en este partido); con marcas de 36-41. Faltaba un minuto. Íbamos ganando de tres puntos. Nuestro esfuerzo había valido la pena. Treinta segundos. Diez. Nueve. Churches coge el rechaze. Siete. Seis. Cinco. Churches lanza un triple. Cuatro. Tres. Dos. El balón rueda por la canasta. Uno. El balón entra por el aro y toca el suelo. Empate. Todos abrazaban a Churches y gente de nuestro equipo le felicitaba. Teníamos que hacer mucho si queríamos ganar ese partido. Por el momento, era empate.
Una prórroga de cinco minutos. No ocurrió nada destacado. Unas cuantas canastas, algún tiro libre y otra vez empate. Otra prórroga nuevamente con actuaciones destacadas de Mariscal, marcando unos tiros libres y bastantes canastas seguidas. En esta parte prometo a Merayo invitarle a una litrona si conseguimos ganar. Alberto García falla dos tiros libres que les podían haber permitido ganar. Empate. Estaban cansadísimos, no había forma de continuar. Y tuvo que empezar a arbitrar la segunda prórroga René. En uno de los contraataques de la primera parte Diego González cae al suelo por un calambre en ambos gemelos y René indica que comienze un cuatro para cuatro en la segunda parte de la segunda prórroga. Finalmente, nuestro cansado equipo se logra imponer en el marcador, con unas últimas canastas seguidas de Pablo Rocca. Churches intenta nuevamente un triple en el último segundo, pero la suerte no está de su lado y la victoria es para mi clase: el C.
Genial partido, al final tuve que pagar la litrona a Merayo, que bien merecida se la tenía. Oro en fútbol, oro en baloncesto, plata en atletismo, ¿se puede pedir mucho más?
Puedes llamarme V

¡Voilà!
El único veredicto es venganza, vendetta, como voto, y no en vano, pues la valía y la veracidad de ésta un día vindicará al vigilante y al virtuoso.
La verdad, esta vichessois de verborrea se está volviendo muy verbosa.
Así que solo añadiré que es un verdadero placer conocerte y que puedes llamarme V.
miércoles, 18 de abril de 2007
Escenas de Alicia

Rebeca, Jorge, Irma, Marta y Felipe
Con este post quisiera daros las gracias a todo los que me habéis ayudado a que pueda sentir, una vez más, la emoción y la ilusión del teatro. Una de las mejores sensaciones de mi vida: la espera a la entrada, la escena, los aplausos. Todo. Gracias a vosotros, estoy descubriendo poco a poco que mi vocación está encima de un escenario.
Por orden de aparición, la obra que hemos realizado hoy, escenas de Alicia en el País de las Maravillas:
Felipe: Narrador
'En la dorada tarde, nuestra barca se desliza sin prisa...'. Gracias por las clases que pasamos riéndonos juntos, y por tu tranquilidad. Eres un actor genial, y te veré en las películas que tanto te gustan.
Ruth: Alicia
'Todas estas criaturas me están volviendo loca...'. Gracias por las vueltas de teatro hablando contigo, y por tu apoyo y ayuda cuando te cuento lo que me pasa. Confío mucho en ti y te aprecio un montón. En cuanto al teatro, estabas dormida, has despertado en el papel de Alicia que has enfocado muy bien. Me alegro de que hayas sido tú la que haya dado vida a este mundo mágico.
Irma: Lacayo Pez.
'Aunque si tú estuvieras dentro y llamases a la puerta, yo podría dejarte salir...'. Gracias por la alegría que transmites en las clases, de verdad tu risa las hace más amenas. Te he cogido mucho cariño en muy poco tiempo. Con tu potencia de voz y tu peso en escena haces que todos lo hagamos lo mejor que sabemos.
Marta: Duquesa
'Déjame en paz, niña, nunca me han gustado los números...'. Gracias por tu sinceridad, por tu apoyo, por tu afán de superarte, por tu alegría, y por tu energía en clase. El papel de duquesa estaba hecho para ti, no he podido imaginar nadie que lo hiciera mejor.
Sergio (Yo): Gato de Chesire
'Aquí todos estamos locos...'. Creo que he enfocado a mi personaje de forma cínica, sarcástica y un tanto diabólica y psicópata. Loco en definitiva. Espero que os haya gustado.
Rebeca: Liebre de Marzo
'Cambiemos de tema, de este empiezo a estar harta...' Gracias también por tu sinceridad, por tu modo de afrontar los problemas, por tu confianza, por tu comprensión y por tu mala leche que nos ayuda a bajarnos los humos; gracias por tus comidas conmigo y por nuestro 'debut' (militares) Digas lo que digas, con tu pesimismo y perfeccionismo, en mi opinión eres una gran actriz y te admiro mucho por lo que has hecho.
Jorge: Sombrerero Loco
'Fue durante el concierto que dio la Reina de Corazones. A mí me tocaba cantar: Tililá Tililá Tilá Tilá...' Gracias por nuestras conversaciones acerca de tus movidas, por tus historias, por tu mala leche y tus cabreos. Ya sabes cómo te describí, supongo que en algo me equivocaría, pero estoy seguro de muchas cosas. Te aprecio mucho y me a encantado tu papel como Sombrerero, y tus bailes con el sombrero.
Helena: Lirón
'Será mejor que termines tú el cuento...'. Gracias por nuestras conversaciónes frikis, por esas clases que pasamos casi en nuestro mundo, por tu imaginación, y las tonterías que hacemos de vez en cuando. Creo que el lirón te ha pegado muchísimo, eres una chica que vives en tu mundo pero cuando despiertas eres un terremoto, como tú siempre dices.
También quisiera mandaros un besazo a vosotras que ya no estáis en mi clase (Andrea, Pilar, Laurita...) Ha sido una pena perderos de clase, aunque seguimos viéndonos. Espero que hagamos alguna vez alguna escena, pieza o algo juntos.
Por último, aunque nuestro profe de interpretación, Julio, ('Okey, chicos, andamos por la clase...') no va a leer esto porque es una pena con los ordenadores, gracias por ayudarnos a imaginar, y a aprender día a día más de este mundo que es el teatro.